Definitivamente la década de los 60 fue la década prodigiosa del Industrialismo, la época dorada sin duda alguna. En aquellos años los buenos resultados de la entidad redundaron, temporada tras temporada, en posibilidades de ascenso. El desafío por la consecución del ascenso, se convirtió en la misión de la entidad de la copa y la venencia, que por aquella época era la del caduceo y el rodillo de imprenta. Esa misión, como decimos, se convirtió en el desafío de los que vistieron por aquellos años las once barras blanquiazules, y su consecución no fue nada sencilla , como todo lo que rodea a las circunstancias del Industrialismo.
A lo largo de esos años se produjeron tres primeras tentativas en las que caímos eliminados. La primera de las ocasiones fue en la 63/64, ante el Albacete Balompié, con resultado de 2-0 en la capital manchega y 2-1 en casa, tras ser Campeón de Liga.
En la edición 65/66 repetimos título y tras eliminar a la U.D. Mahón , 2-0 en la ciudad menorquina y 3-0 en casa; caeremos eliminados en la final ante el C.D. Logroñés, con resultado de 2-1 en Logroño, 4-3 en el Estadio Domecq y 0-1 en el desempate disputado en Madrid.
La tercera tentativa fue en la campaña 66/67 tras ser subcampeón, cayendo en la primera eliminatoria ante el Real Unión Club de Irún con resultado de 2-0 en la ciudad fronteriza y 2-2 en casa.
El ascenso a Segunda División llegará de una forma impredecible, pues tras ser tercero en Liga durante la temporada 67/68, la condición de filial del Sevilla Atlético Club, hace que este no pueda promocionar y seamos los blanquiazules quienes ocupen su puesto.
En esta fase eliminamos al Talavera C.F., con resultado de 1-1 en la ciudad de la cerámica y 4-2 en casa; a la S.D. Eibar, con resultado de 1-1 en casa y 0-1 en la localidad guipuzcoana y por último al Club Atlético de Ceuta en la final tras tres encuentros, sangre, sudor y lágrimas, con resultado de 0-0 en casa, 1-1 en la ciudad norteafricana y un favorable 1-0 en el desempate disputado en Madrid.
El ansiado ascenso se produce el 7 de julio en el Campo de Vallecas, hace justamente hoy 50 años. Un gran gol de Vega a cinco minutos del final, que colocaba un tiro a media altura con su mágica pierna diestra, que tras pegar en el poste, tocó la malla defendida por el meta Ceutí Febre, provocó el éxtasis de la parroquia Industrialista en lo que podría denominarse el momento más místico en la historia del Club y que colocaba al Jerez Industrial, C.F. en el equipo con mayor categoría deportiva de la Ciudad y buque insignia del deporte Jerezano.
Aquel día fueron muchos los Jerezanos que se desplazaron hasta Madrid bajo un sol espléndido, que tras el pitido final se lanzaron al campo abrazando a sus jugadores.
El once industrial estuvo formado por: Cazalla, Ojeda, Garrido, Juanele, Chito, Romualdo, GarcíaPérez, Vega, Toto, Yeyo y Blas.
Las crónicas destacaron tanto a Cazalla como a Vega por su bienhacer.
Desde aquí, celebremos aquel hito y hagámonos merecedores y dignos de aquel esfuerzo que un grupo de Industrialistas fueron capaces de llevar a cabo.