El lugar elegido no podía ser otro, su bodeguita museo sita en la Calle Arcos, junto a su kiosko de su alma, donde un día se instaló con un carro vendiendo chucherías, desde donde ha visto pasar la vida de Jerez por su acera durante muchos años. Nos cuenta que fué Boxeador, Ciclista, futbolista, crítico taurino etc. etc. pero se quedó con lo que él quería, su kiosko, sus “chucherías”, sus periódicos y ahora con sus vinos, de los cuales, nos puede hablar largo y tendido de cada una de las miles de botellas que amueblan las paredes de “su museo”.
Nos aparece con la vitalidad propia, por una parte, de un hombre ocupado y, por otra, de un devoto del buen humor, que ademas tiene la virtud de contagiar. De gesto de hombre sensato, amable y de un físico de abuelo bonachón del que todos quisimos un día tener.Todo él es un recuerdo, una personalidad propia e inimitable contando las mil y una anécdotas que por su vida se tropezó y una habilidad, que ya la quisieramos nosotros, para recordar nombres y lugares.
A la pregunta obligada de ¿Por que es industrialista? nos respondió:
– “Soy industrialista porque siempre he sido solidario con los mas débiles. Siempre estuve al lado de los más necesitados.”
Nos habla de gente como Pedrito, Poncho, Galbi, Tony, etc.de los cuales tan sólo alguna vez se lo oímos hablar a nuestros padres, como si de esta mañana hubiese estado tomando café con ellos en el bar de enfrente. De cuando los trabajadores de Artes Gráficas fundaron el club en la Calle Bizcocheros.
“Hubo una época -dice- que estábamos muy bien mirados aquí en Jerez, donde las autoridades del pueblo nos habían dado nuestro sitio y eso se tradujo en un aumento de incondicionales al equipo. Teníamos todas las facilidades para consumar lo que un día conseguimos, el ansiado ascenso a la segunda división, hace ya mucho de éso, pero los industrialistas lo recordamos como si hubiese sido ayer. Había muchas peñas por las calles, yo mismo presidí la Peña Jerez Industrial. Pero un día alguien se empestilló en no dejarnos crecer y hemos estado pagando muy caro durante muchos años las penurias que hemos tenido. Hubo un momento en el que el Jerez Industrial éramos un grupo de grandes amigos incondicionales, Paco Lara, ya fallecido, Ibáñez y yo.
-¡¡no se como sobrevivímos!!- exclama riéndose- Incluso jugando en campos como Don Bosco y donde actualmente está el moderno Estadio Recuerdo que se ponía unas cuerdas para que el público no entrara en el césped. En un coche estaba la taquilla, pero era lo que teníamos, o mejor dicho donde nos dejaban jugar. Y es que ser industrialista en Jerez en una época no muy lejana era como ser comunista en el año 36. La afición se hizo vieja por la falta de promoción del club entre los niños, espero que se esté recuperando a la juventud. Hoy en día un club tiene que funcionar con un presidente que contagie a la gente para ir al futbol, los directivos y que se cuide la cantera y hasta el mismo entrenador tiene que invitar a los aficionados a asistir a los partidos.”Se le llena la boca recordando cuando un día, siendo él portero de su equipo, el Frente de Juventudes, jugó un partido en el antiguo campo del Retiro, contra el Marino de San Fernando, cuyo portero era Ramallets. Sobre las actividades industrialistas que por aquella época se daban en Jerez nos comenta:
“Me acuerdo cuando nos reuníamos todas las tardes más de cien personas en mi peña para hablar de futbol, donde tanto los jugadores, socios y directivos compartían tertulias. Aquí cerca tambien estaba la peña del arbolito muy animada, y a la cual yo iba muy a menudo. Yo no he sido muchos años directivo del Jerez Industrial, por falta de tiempo, me gusta comprometerme cuando puedo responder, así que colaboraba cuando podía con el club como lo hago hoy en día también.”
Sobre el ascenso a 2ª División en julio de 1968 nos puntualiza:
“Llevábamos ya varios años intentándolo hasta que por fin se consiguió, el recibimiento al equipo lo organicé yo, desde el Altillo, cuando el Altillo quedaba retirado del centro, había gente esperando al equipo, y en la avenida, miles y miles de aficionados salieron a la calle para esperar el autobús que traía el equipo. Nuestra temporada en Segunda División, no fue buena, se ficharon muchos jugadores, y algunos ya no volvieron a jugar al futbol después de la temporada con el Industrial. Yo pienso que con el equipo que teníamos de la temporada anterior y con dos o tres refuerzos habríamos hecho una temporada muy digna y con menos gastos.”
Sobre la pretendida fusión que el Ayuntamiento encabezado por Pedro Pacheco puso en la mesa en su día, Rafael dice:
“Aquéllo no era una fusión, aquello era una desaparición, estaba claro. Yo opiné que era mejor que existieran dos clubs porque la competencia era mayor entre ellos. Y para esforzarse para estar por encima del otro, tambien se estaba por encima de otros muchos equipos, a nosotros no nos regalaban nada, y tampoco lo habiamos pedido, pero tampoco queriamos que nos quitaran. Todo eso lo pagamos caro, cuando nos echaron del Estadio Domecq . “
Nos recuerda una verídica anécdota que le ocurrió en el Estadio Sánchez Pizjuán cuando por motivos de un Sevilla Atco.- Jerez Industrial, los invitaron a subir al palco a él y a otro directivo en detrimento del presidente de aquella época que no lo quiso hacer. En el palco coincidieron con Ramón Sánchez Pizjuán, y Nicolás Casaus, directivo del Barcelona, porque esa misma tarde se jugaba un Betis-Barcelona en el Benito Villamarín.
“El presidente del Sevilla, se arrima a mí y me pregunta: ¿Y vosotros que? ¿Necesitáis algún jugador?, ¿Tenéis alguno para traspasar…? y yo con un tono amigable le dije a D. Ramón- mire vd., todo lo que vd. tenga que hablar con nosotros es para nada, porque a nosotros no nos corresponde estar en el palco, si lo estamos es debido a que el presidente del club no ha podido estar, así que todo lo que usted hable con nosotros lo único que nos hace es perder tiempo a ambos para comer jamón y queso, para ser sinceros. Don Ramón Sánchez y D. Nicolás Casaus soltaron una carcajada de las que hacen época.”
Llegado el momento le preguntamos por quien había sido el mejor jugador del Jerez Industrial en su historia y sin titubear en ningún momento dijo “Yeyo”
“Yo he visto, -dice Rafael- hacer algo a Yeyo que no se lo he visto hacer a ningún jugador del mundo. En un partido tiró un libre directo con su habitual maestría y la metió por la escuadra, pero el árbitro mandó repetir el lanzamiento. Yeyo se colocó el balón de nuevo y con el dedo señalaba la escuadra al portero por donde le habia metido el gol, como queriéndole decir y -ahora te lo voy a meter otra vez-, y lo hizo el tío, tomó carrera y otra vez le coló la pelota por la misma escuadra. Eso fue impresionante”
Nos recordó llenos históricos del “no hay billetes” en el Estadio Domecq con motivo de la liguilla de ascenso a Segunda contra el Logroñés y contra el Sevilla C.F. ya en Segunda. Sería imposible poner en esta página todas las anécdotas y vivencias que Rafael nos contó, se emociona cuando le muestro fotos antiguas del equipo con un Domecq rebosante de espectadores y me señala y nombra jugadores como Besó, Yeyo, Blas etc. etc. Estuvimos casi dos horas con él, queremos y debemos repetirlo y “yo estoy encantado de que esta tertulia se hiciese otra vez en esta casa, y si invitáis a algún jugador mejor o al entrenador, para hablar entre todos de lo que ha sido, es y será el Jerez Industrial C.F.por que si por H o por B este club desapareciese, habría que reinventarlo por el bien del futbol” apuntilló Rafael antes de la despedida, que no es otra que un hasta pronto.
¡¡Suerte Rafael!!
Foto: Simón
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